domingo, 15 de enero de 2012

Donando sangre


"Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford, conocí a una niñita llamada Liz, ellá sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de sangre de su hermano de cinco años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado anticuerpos necesarios para combatir la enfermedad. El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre para su hermana. Yo lo vi dudar por sólo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir: 'Sí; yo lo haré, sieso salva a Liz'. Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana Y sonriente mientras nosotros lo asistíamos a él y a su hermana, viendo retornar el color a las mejillas de la niña.
Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció.
Él miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: "¿A qué hora empezaré a morirme?".
Siendo sólo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le daría toda su sangre a su hermana, Y aun así estuvo dispuesto a dársela".
Da todo por quien amas; y cuida a tu familia.

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